lunes, 28 de mayo de 2007

VIVIENDAS Y NEGOCIOS EN PELIGRO

“La gente ya no se mueve por nada, es la frase mágica que casi todo lo justifica.
No es más que el reverso de una moneda cuyo anverso es la falta de comprensión.
Por aquellos que no saben que es vivir sin tener donde cobijar su cabeza.”
Pedro Casas.

Muchos prefieren vivir tranquilos sin saber que infinidad de personas tratan de hacer sus casas en lugares que pertenecen al Estado y otras instituciones privadas. Hoy en día las invasiones se dan por distintos lugares, esto por causa del crecimiento de la población y falta de economía, las personas que invaden viven en peligro de ser desalojados en cualquier momento, pero no tienen otra salida que irrumpir en un determinado espacio para formar sus casas, algunas de esteras, cartón, madera, tripley, etc.

Numerosas personas emigran a la capital con la finalidad de tener algo mejor, en el libro de José Matos Mar “Desborde Popular”, habla de cómo Lima se fue llenando de personas del interior del país, empezaron a poblarse los desiertos y cerros, nuestra capital Aristocrática y de limeños mazamorreros se iba esfumando poco a poco, se crearon los Conos, Cono Norte: Comas, Ancón entre otros; Cono Sur: Villa el Salvador, Pamplona, Canto Grande y muchos más así empezaron las barriadas, los pueblos jóvenes, asentamientos humanos, urbanizaciones y asociaciones. Callao tenemos a Ventanilla, Mi Perú, Márquez, Oquendo, Carmen de la Legua, y el recientemente conocido como Pachacutec que alberga una población aproximada de 100 mil personas. En estos días se está viendo la forma de desalojar a los comerciantes del mercado de Santa Anita, ellos reclaman exigiendo a las autoridades que les dejen trabajar y que no están tomando a sus hijos como escudos humanos para no ser desalojados.

El viernes 11 de mayo Radio Programas del Perú (RPP) presenta una información de que la Policía Nacional denunció que inescrupulosos comerciantes del Mercado Mayorista de Santa Anita vienen alquilando niños para emplearlos como “escudos humanos”, cuando se realice el desalojo del predio. Y Octavio Salazar, jefe de la Sétima Región Policial, calificó como un “acto de cobardía” utilizar a los menores para evitar su inminente salida.
Ahora nos preguntamos ¿Es posible radicar la informalidad perjudicando a un grupo familias? ¿Sera acaso el dinero mejor que la justicia? Estas preguntas aun tienen respuesta, nuestras autoridades que rigen el país tienen la obligación de afrontarlas y de ver la forma más sabia de actuar en estos casos. Se espera una pronta solución por parte de las autoridades y que los comerciantes lleguen a un acuerdo prudente, ya que todo lo que hagan está estará conforme a ley.
Pero sin lugar a dudas estamos en un país donde no se respetan las leyes, hablar de leyes es comentar de injusticia, corrupción, viveza, etc. ¿Qué hacemos nosotros para que esto cambie y haya justicia social?

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